Tuesday, May 13, 2008

"So come up to the lab!"

Hace muuuuucho ya, pero aquí sigo, actualizando todavía el blog. Por raro que parezca, todavía queda por contar! Hasta ahora no he tenido tiempo o ganas, jups, pero va siendo hora.

Durante la visita de Vero dio tiempo a más. Una cita ineludible para nosotras era asistar a una representación casera de Rocky Horror Picture Show. NYC fue donde empezó TODO, y you know what I mean. Aunque después se extendiera al resto de EUA y al mundo mundial en general. Y aunque ya tuviera un extraño éxito relativo en Los Ángeles donde se estrenó la peli. Parece que la película tenía muy poca audiencia pero en un cine ocurría que la audiencia repetía varias noches y cantaba los números musicales.
Se representa en dos cines de NYC (en localidades de las afueras, como Ithaca, he visto que también puede haber representaciones, pero más puntuales): en el Clearview Chelsea Cinema, que es donde lo vimos nosotras porque hacen dos actuaciones por semana, viernes y sábado a las 12 de la noche, por supuesto; y en el IFC Center, que es en lo que se convirtió el Waverly Theater -donde se reestrenó la película allá en 1976 tras su fracaso en California- y donde empezó lo que fue en parte una estrategia de marketing de los encargados del cine y en parte simple furor.
Nosotras íbamos con expectativas de encontrar a un público entregadísimo y, vamos, semi-profesional, como poco. En la cola para entrar el ambiente era, mmmm, de adolescentes y de gente que se avergüenza de haber dejado de ser un adolescente, digamos. Y algún que otro siniestro de los de total look. Los organizadores, que eran los más darks, iban animando al personal.
El cine era una sala bien grande, con bastante espacio delante de la pantalla para facilitar el desarrollo del...espectáculo. Vero y yo no nos habíamos preparado el kit de interacción, por falta de previsión, pero rebuscando en el bolso dimos con un par de papeles, por ejemplo, para la escena de la lluvia. Y ya. Jajajaja. Al principio del show anunciaban que tenían a la venta 20 kits ya preparados pero la gente fue más rápida que Vero y nos quedamos sin kits.
Antes de empezar arman toda una parafernalia pre-show anunciando otros actos, otros pases de otras pelis, etc. Nos "deleitaron" con un par de capítulos infumables de una serie de esas miles de serie B que no tendrían por qué levantar cabeza pero que lo hacen gracias a la afición necrofílica de alguna buena gente. Ah, también, para "romper el hielo", un concurso de orgasmos fingidos en el escenario. El público, con aplausos, elegía el más realista.

A partir de este punto, hay que distinguir dos crónicas:
-la del reparto amateur: bueno, bueno, bueno. Qué profesionalidad, qué meterse en el papel, qué aprendido de memoria hasta el último detalle de los gestos incluso, qué ropa tan exactamente reproducida, qué maquillajes y hasta parecidos físicos, qué puesta en escena...Los había mejores y peores actores, pero representaron TODA la peli. Ni selección de escenas ni saltarse lo del profesor en silla de ruedas dando vueltas por toda la casa.
Una rolliza chica con bastante gracia y poca vergüenza hacía playback sobre la canción de los títulos del principio.
¿Que dónde está la lluvia de las pistolas de agua?
Brad conociendo al Dr.Frank-N-Furter.
La chica que hacía de Columbia llevaba el pelo idéntico y del mismo color y la ropa era exactísima.
Pues sí, era una mujer con los pechos encorsetados! Para mi gusto tendría que haber sido un hombre depilado, por mantener el espíritu del personaje, pero no lo hacía mal aunque le faltaba mucho sex-appeal, para hacer justicia a Tim Curry.
Magenta parecía haber sido escogida en un casting de parecidos físicos!
El homenaje a la RKO.
La escena más espectacular, y justo a nuestro lado.
Añado que también había uno en silla de ruedas que salía del fondo de la sala a toda velocidad haciendo del Profesor.
-el público: se llevarían el kit para su casa porque nadie, NADIE, lo usó. Vero y yo fuimos de las únicas que hicieron lo del papel de periódico en la cabeza y los actores chillaban a la gente -en plan Magenta- para que "levantaran el culo" y bailaran el Time Warp cuando tocaba! Jajajajaja. También es verdad que la profesionalidad de la puesta en escena del reparto cortaba un poco, pero, vaya, es una de las gracias de la peli. Será que son muy discretos (aunque les vayan los concursos de gemidos).
Después, en taxi a casita...
Porque, ¿quién coge el metro de madrugada en NYC? Yo lo cogí una vez, pero iba acompañada, y no era tarde, como las 3 o así. En general tuve la sensación de que se da por sentado que a partir de cierta hora uno coge taxi y punto. Y nosotros rompiéndonos la cabeza para dar con el Nitbus más cercano que nos deje más cerca de nuestra casa, tras esperar en la parada nuestra buena media hora. O compartiendo bicing como hermanos.Jiji.

Saturday, February 9, 2008

"42nd street" y paseando por East Village como Kerouac

Otro día lo dedicamos a visitar el East Village y su Alphabet City (una parte del barrio llamada así por sus avenidas con nombres de letras).

Bien, nuestra idea era, aparte de visitar el barrio en sí, reproducir un paseo que dieron Kerouac y Allen Ginsberg en el otoño de 1953 a través de la 7th Street desde el apartemento de Ginsberg hacia la 1st Ave. Ginsberg le fue sacando fotos en diferentes localizaciones a medida que avanzaban en dirección oeste. Nosotras hicimos el mismo camino y Vero me sacó fotos en las sitios donde posó Kerouac. No he encontrado todas las fotos de Kerouac en internet para que comparéis pero he pasado las mías a blanco y negro y reproducen la misma pose de Kerouac y todo.
Esta es enTompkins.

Esta tienda ya no existe pero el local sigue ahí.


Casi por casualidad, dirigiéndome hacia el Tompkins me encontré con el Theatre 80, en 80 St. Marks Place , un antiguo cine donde pasaban pelis de la edad de oro de Hollywood en los setenta. Por ese entonces, el dueño consiguió que varias estrellas fueran a la fiesta de inauguración y dejaran sus huellas en la misma acera. Las hay de gente tan maravillosa como Ruby Keeler, un icono tanto para Vero como para mí y que fue protagonista de la igualmente maravillosa "42nd Street", una peli musical de los años 30 coreografiada por el sin igual Busby Berkeley. De ahí también que me hiciera gracia alojarme en nada más y nada menos que la famosa calle 42 de la canción principal de la peli:

"In the heart of little old New York,
You'll find a thoroughfare.
It's the part of little old New York
That runs into Times Square.
A crazy quilt that "Wall Street Jack" built,
If you've got a little time to spare,
I'd like to take you there.

Come and meet those dancing feet,
On the avenue I'm taking you to,
Forty-Second Street.
Hear the beat of dancing feet,
It's the song I love the melody of,
Forty-Second Street.

Little "nifties" from the Fifties,
Innocent and sweet;
Sexy ladies from the Eighties,
Who are indiscreet.

They're side by side, they're glorified
Where the underworld can meet the elite,
Forty-Second Street. "
Y en una cafetería de la Tompkins paramos a tomar algo antes de coger el bus de la parada que aparece justo a mis espaldas. Por toda esta zona, como os dije, hay muchas tiendecillas de segunda mano, jóvenes diseñadores, etc. Es uno de los barrios más auténticos de NYC y la plaza, aunque atrae a bastantes sin techo todavía, sigue siendo un hervidero social y cultural y se nota.

Thursday, December 27, 2007

Paseo por Greenwich Village

Un día entero lo dedicamos a pasear y vivir el Greenwich Village. Lo que véis a la izquierda es el Village Vanguard, un garito de jazz que frecuentaban los beats.
En este café, el Riviera, tomé un brunch con Carlos, el chico de ascendencia peruana, por casualidad, tras patearnos el SoHo bajo un sol ardiente. Más tarde leí que era uno de los favoritos de Kerouac.
El Fat Black Pussycat era un bar en el que se dice que Dylan escribió "Blowing in the wind". Originalmente se encontraba donde ahora hay un Panchito's y ahora sólo queda el letrero. Los dueños son los del Café Wha? donde se dice que empezó Hendrix, entre otros.
Justo delante encontramos esta pintada.
Otra tienda rara, por el SoHo. Bueno, tienda?
El paseo nos llevó por algunas de las calles más concurridas del Village. Tiene calles muy turísticas, como Christopher Street, llena de sex-shops y tiendas de complementos sado, MacDougal street, con su multitud de bares abiertos a la calle y restaurantes super concurridos, Bleecker Street, donde se encuentra la Magnolia Bakery que ya era famosa antes de que saliese en "Sexo en Nueva York" y a la que no pudimos ni aspirar a entrar por la cola kilométrica que había a cualquier hora en su entrada, etc, etc.
En general el Greenwich Village es bohemio y estudiantil como antes todavía, aunque se haya gentrificado. La parte más entrañable es la de alrededores de Washington Square Park, con todo su complejo de edificios de la NYU.
En cuanto a denominaciones, el Greewich Village incluye el West Village pero no el East Village, que muchos neoyorkinos reconocen como parte del Lower East Side.

Thursday, December 6, 2007

Brooklyn Promenade, Spelling Bee y Roller disco!!

Una de las visitas más recomendables sin duda es el Brooklyn Promenade, un paseo a lo largo del East River con vistas a todo el downtown y al Brooklyn Bridge. Ideal para ir a hacer footing o para sacar fotos. Han puesto una foto de cuando existían todavía las torres gemelas.
El paseo es idílico, con el skyline a un lado, el puente delante, y los edificios victorianos de Brooklyn Heights al otro lado.
Qué bonito es el puente de Brooklyn...
Me gustó el contraste entre los rascacielos y los barcos.
Los bloques de edificios de Brooklyn Heights son de ladrillo y el barrio tiene una pinta idílica. Es un muy buen barrio, sin duda, aunque el mejor, Dumbo, quede un poco más adelante, más cerca del Puente. Dumbo se ha aburguesado y puesto tan imposible como Manhattan. Y está de moda para lofts de artistas.
Milagrosamente no nos perdimos por Brooklyn a pesar de no contar con la guía NFT del distrito. Nuestro objetivo, tras el paseo, era este bar de estilo retro inglés con sofás y luces de lectura y biblioteca en algunas paredes. El puntazo ¿cool? lo ponía la...petanca!! Sí , lo que veis detrás de Vero son pistas de petanca. Les parece de lo más guay porque es de origen francés. Ya sabéis cómo se mean en sus underwear los americanos con los franceses. El caso es que en Bryant Park, aparte de yoga, lecturas dramatizadas y arias de ópera hacían un curso de inciación a la petanca.
Los del fondo lo hacían bastante mal y lanzaban la bola como si fueran bolos. ¿Y para qué fuimos a tomar un margarita a ese bar? Pues para asistir a algo parecido a un Spelling Bee!! En un principio pensamos que sería un concurso de deletrear en serio, pero no bien bien. En una sala que estaba en el sótano del bar habían dispuesto sillas, un atrio y una pantalla y, además de servir bebidas, se celebraba un concurso de deletrear en el que los concursantes, que no eran más que unos 10 o así, llevaban unas antenitas de abejas. Nosotras éramos las únicas que no llevábamos así que uno de los concursantes nos preguntó si no participábamos. Cuando le dijimos que no porque no era nuestra lengua nativa, aparte de invitarnos igualmente a participar, se quejó entre risas de que fuésemos a reírnos de ellos. Y, efectivamente, nos reímos mucho. Las preguntas eran de deletrear pero también de gramática y sintaxis. Y a medida que se equivocaban les iban cortando antenitas. Para romper el hielo, además, antes de empezar les hacían una pregunta tipo "si tuvieras que tener sexo con un animal, y los dos tuviérais que disfrutar, qué animal escogerías que fuera más o menos de tu tamaño?". Sorprendentemente mucha gente escoge panda y pingüino.
Nos tuvimos que largar antes de terminarse el concurso porque nuestro siguiente destino era Roxy NYC!! En 515 West 18th Street. Es la última roller disco de Nueva York. Hasta hace poco se mantenía en pie la Empire Roller disco, una famosísima de Brooklyn, pero ya no está en servicio. Esta cerró este mismo año pero ha vuelto a abrir bajo otro nombre, 515.
Las roller disco, como Coney Island, son de esas cosas entrañables y tan auténticas de Nueva York que parecen condenadas a desaparecer. Así que fuimos afortunadas de poder ir a esta.
La dinámica es la siguiente: pagas por entrar y por el alquiler de los patines, si no llevas propios. Hay barra, bola de espejitos y parquet para patinar. Todo muy auténtico, sin remodelaciones ni retoques ni moderneces. Super setentero.
En cuanto al personal, bueno, bueno, bueno, qué frustre. Yo sé patinar bastante bien, lo llevo haciendo desde, puff, no sé, los 5 años, pero esta gente es otra cosa! Como no quedan más roller disco, todos vienen aquí. También hubo una especie de roller disco con música al aire libre en un muelle de Chelsea, pero me parece que cerró. Aparte, por supuesto, hay zonas de la ciudad que han sito tomadas por los patinadores para reunirse, como ciertas zonas del Central Park.
Generalmente es gente mayor y negros. La señora que veis detrás mío, con ese minivestido, tenía como 60 años si no más!
Bailan con los patines, no patinan propiamente. Vueltas, combinaciones de pasos, patinar hacia atrás, todo eso con una coreografía y cantando la canción de turno. Contra eso, ¿qué haces? Aparte, se complica porque hay bastante gente en la pista y es pequeña así que te la pasas intentando mantener el equilibrio y no llevarte por delante a nadie.
Como sieeeeeeeempre son unos puñeteros con las normas, que se sacan de donde les salen. Que no te puedes parar en los extremos de la pista más que para practicar pasos, no para descansar; que no lleves bolsas ni bolsos sino que los dejes en consigna; que no vayas con los dos patines puestos en el trecho de 2 metros que separa la consigna de la pista, etc...La gente, super maja, te dice si les gusta tu look -a servidora se lo dijeron- o se prestan a enseñarte o a guiarte para ir hacia atrás o hacer coreografías.

Farewell

Finalmente, la despedida, que duró un par de días, de hecho. Antes de llegar Vero de visita, me despedí del labo. Como justo coincidía con el Ramadán y Sofia estaba ayunando, pensé en llevar caramelos en lugar de tarta. Fliparon con el detalle. "You're so sweeeet", etc. Tanto que insistieron en que volviera al día siguente y ellos traerían tarta o algo así. La gracia es que cuando volví al día siguente había habido un ligero cambio de planes y John había organizado una comida fuera a la que Sofia no podría asistir, además. Maldita la gracia que me hizo que me organizacen así la agenda, pero bueno.En la foto me veis con Sofia delante de la puerta del labo.
Este es el "closet", como lo llamábamos, donde comíamos (3 personas como mucho al mismo tiempo). En la foto sale William, un estudiante que hacía prácticas remuneradas antes de elegir carrera, yo, Sofia y Elena, la postdoc rusa. Lleva 8 años en NY y Sofia me dijo que ya se ha ido del laboratorio. No sale el jefe de William, Harald, el jefe alemán que lleva muchos años en NY ya, ni John, mi jefe.
A ellos los vi al día siguiente en la comida conjunta. Pagaron Harald y John. Fuimos a la misma pizzeria a la que fuimos para la despedida de Somnya. Flipaban con la pizza cuando ni siquiera era medianamente buena. Harald y John fueron majos, preguntándome por mi futuro, etc. Elena también vino y William.
Ah, a John le regalé una planta muy chic que compré cerca del hospital.
Y esa fue la despedida. A partir de entonces ya estuve con Vero y nos dedicamos a puro turismo. Ole, ole!

El incendio

Para los que se quejan de que no me veían en el labo, aquí estoy. En la ventana a mis espaldas se ve el Empire State, aunque no se aprecie en la foto.

Una tarde, estando ya sola en el labo, empezó a sonar la alarma de incendios, con las luces intermitentes del pasillo y todo. No había nadie más en el departamento a quien preguntarle qué debía hacer. Así que bajé por las escaleras las 16 plantas y me fui a la entrada. Los polis seguratas estaban tan panchos y había un par de camiones de bomberos en la puerta del hospital, pero que ya se iban.

Desde donde me puse yo se veía lo que en esta foto. Hubo un incendio pero se ve que era algo pequeño y controlado y nadie hacía ni puto caso. Así que volví a subir tan pancha yo también.

En total vi 3 incendios en NYC.Ji.

El aullido de Nueva York

El Howl festival es un festival totalmente gratuito y muy underground que se celebra en el East Village en honor al poema homóooooonimo de Allen Ginsberg. Por cierto, me lo compré en San Francisco, de la misma colección en que salió en los cincuenta, la Pocket Poets Series de la City Lights Books de San Francisco. Para quienes desconozcan, Howl es una de las obras clave de la Beat Generation, quizás hayáis oído hablar de cuando se recitó por primera vez, en la Six Gallery de San Francisco. Fue todo un fenómeno y lanzó a la fama underground a Ginsberg, que fue uno de los gurús del movimiento, sobre todo en la costa oeste.
El Festival tiene conciertos gratis, exposiciones, mercadillo, charlas...Precisamente fui a una que me hacía mucha ilusión. Sobre Kerouac por el 50 aniversario de la publicación de On the Road, LA obra clave de la Beat Generation. Era en el edificio de Ingenería de la Cooper Union, un campus que tiene edificios por la zona de Astor Place, donde el cubo giratorio que se sostiene en un vértice. La daba un tipo que ha indagado en la vida de Kerouac y ha compilado algunas de sus obras más importantes. Puedo decir que no contó nada que no supiera, jeje. Y lo entendí super bien. Es lo que tiene el inglés académico.
El público era variopinto. Universitarios, gente nostálgica de la escena bohemia de NYC de entonces, chicos con estilo jazzy cool que deben de considerarse depositarios de esa forma de vida de los Beat de entonces, algunos coetáneos incluso,...Me gustó mucho mezclarme con los neoyorkinos de a pie. Estoy segura de que era la única extranjera en el aula.

Por cierto, la pintada de la foto la encontré en el Lower East Side, por casualidad.

"The only thing that can save the world is the reclaiming of the awareness of the world. That's what poetry does." --Allen Ginsberg

Kerouac y "Manhattan"